dimecres, 12 de novembre del 2008

The true love, Daniel Johnston (and the devil)



Cualquier necio que asistiese a un concierto de Daniel Johnston quedaría totalmente decepcionado y se pasaría una semana proclamando la dichosa frase de “hasta yo lo haría mejor”. Afortunadamente, las no más de 500 personas que se podían ver en el VoxHall de Äarhus (Dinamarca) no parecían necias. Es más, sabían a lo que venían. Eran conscientes de que Daniel Johnston no es un virtuoso con la guitarra y que no tiene la voz de Rufus Wainwright, por decir alguien.

El show empezó puntual con la actuación de los presuntos teloneros, un trío muy interesante con contrabajo, batería y cantante multiinstrumentista. Sin embargo, todo el mundo tenía la mente puesta en Daniel Johnston, que no tardó mucho en aparecer con pantalones de chandal y una camiseta que no podía ocultar su enorme barriga. El pelo, casi totalmente blanco y una mirada perdida que no reflejaba demasiada buena salud. Dan Johnston llevaba debajo el brazo un archivador con las letras y las notas de las canciones. Visiblemente afectado y tímido, empezó con el piano, aunque no tardó demasiado en decir “How are you?” justo antes de coger su peculiar guitarra, con la que tocó cuatro canciones- con muy poca destreza- y se despidió. El público esperaba su vuelta pero también sabía que todo podía terminarse en cualquier momento.



Finalmente, los teloneros volvían al escenario, pero esta vez dejaban la parte central vacía. En efecto, era para Daniel, que volvía con su carpeta llena de más canciones-en todo el concierto, no dejó de mirar su chuleta, hasta para presentar la banda-. Los continuos temblores en sus manos no le privó de nada, y no tardó en desgranar canciones como Casper, the friendly ghost , Hey Joe o una inesperada y contundente versión de Help!. “Please help me!”, gritaba a todo pulmón. Pero cuando realmente disfrutó es haciendo rock. Hasta parecía Nick Cave con sus Bad Seeds cuando, justo después de cantar Speeding Motorcycle, parecía poseído soltando gritos en The monster inside me. Ya se había sacado el diablo de encima, y solamente le quedaba encontrar el amor, su particular himno al encuentro con el amor verdadero. Se notaba que Daniel sentía lo que estaba cantando, y esto es el principal motivo porque su concierto fue tan especial. No es casualidad que Wilco la versione: True love will find you in the end es una de las canciones de amor más bellas jamás escritas.

El público le aclamaba y Daniel volvió para decir que había estado deprimido durante mucho tiempo y que lo que le gustaba era cantar solo. Así pues, canto Devil town a cappella, se quedó a gusto y se fue. En fin, casi que nada.